El nombre de la fundación se constituye en un lema evocador cargado de historia, que hace referencia a las costumbres y tradiciones ancestrales propias de nuestra ciudad San Juan de Pasto, cuya cosmovisión ancestral indígena nos arraiga a una región amplia que inicia en nuestro territorio y se extiende más allá de las fronteras políticas sobre Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, bajo la tutela de la cordillera de los Andes, madre unificadora de estos pueblos hermanos y el camino del Inca Qhapaq Ñan.
En ese sentido, “Pasto ancestral” incita a volver sobre la herencia indígena en tiempos de la modernidad, es decir, regresar en la historia para rescatar pensamientos y riquezas ideológicas de nuestros antepasados, para alcanzar el buen vivir desde: la espiritualidad, la comprensión de su cosmovisión en las formas de la vida diaria (lenguaje, vivienda, vestimenta, símbolos), o las prácticas curativas y la medicina tradicional, la relación con sus dioses, el cuidado de la vida en todas sus formas, las relaciones con los demás y las prácticas sostenibles con la madre naturaleza.
Como también, reivindicar en la historia el papel de los campesinos como símbolo de persistencia y resistencia de las culturas, destacando su loable labor en las zonas rurales, en cuyas formas de vida se halla una riqueza de costumbres y tradiciones reflejadas en el manejo de la tierra y los sistemas agrícolas, el cuidado de las especies, sus galas típicas, las fiestas vinculadas a los ciclos agrarios y otras de tipo religioso, la importancia de la tradición oral y el calor de la tulpa, que ha precedido nuestro actual vivir.
El triangulo
Por su parte, esta figura geométrica representa el relieve de la cordillera de los Andes, desde el cerro principal para nuestra idiosincrasia “el taita URKUNINA” en Nariño Colombia, hasta las últimas APUS de esta cadena montañosa, hogar de dioses y espíritus protectores.
Es también, equilibrio y armonía con la naturaleza, porque en esas APUS habitamos, es la relación íntima entre el hombre y la PACHA.
Al interior del triángulo, escalones que encarnan la trilogía Andina del trasegar del hombre en el mundo físico y espiritual: UKU PACHA, KAY PACHA Y HANAN PACHA.
La cabeza del Indígena
La personificación de la cabeza de un indígena se refiere a las raíces y la herencia ancestral, donde se conserva la historia, las costumbres y tradiciones de la comunidad Andina.
Es sabiduría y conocimiento ancestral, propio de las autoridades indígenas (chamanes, caciques, taitas, mayores) Por ello el penacho de 5 plumas que a su vez simbolizan: resistencia, fortaleza, herencia, cultura y tradición.
En esta composición estética se puede detallar el soplo sutil del indio, para caracterizar la tradición oral y su relevancia en las generaciones, aquel susurro sabio que no queremos dejar perder, en ese aliento de antaño se encuentran nuestras raíces ancestrales.
La zampoña
Simboliza la riqueza cultural de los ritmos Andinos, donde las melodías endulzan los corazones y evocan el zapatear. Este instrumento es la continuidad y preservación de las tradiciones ancestrales, que pese al cambio cultural moderno no se ha dejado perder, es a su vez respeto y orgullo, donde el ritmo viaja por la piel y eriza los sentimientos.
Este instrumento musical, evoca que detrás de una melodía subyace un legado histórico, vivencias y emociones.